Suena: "A beautiful Life" de Christopher
Mi queridx Valiente,
Hace tiempo que no te escribo, pero no es que me haya olvidado de nuestras cartas, es que a veces parece que voy corriendo detrás de la vida y que no llego a todo. Así ha sido especialmente en la última etapa de la temporada.
Pero me gusta pensar que el V E R A N O es ese vórtice espacio-temporal que da pie al reseteo, a volver a empezar y a tener nuevas primeras veces. Esto último, un lujo en la edad adulta.
El verano me encanta, porque con su luz y su ambiente de verbena, trae consigo esa energía de todo es posible. De goma de borrar y empezar con el folio en blanco.
Así que por primera vez y en Substack, te escribo desde San Ciprián, un pequeño pueblo de la costa gallega.
Un lugar:
Galicia, es uno de esos sitios mágicos que curan el alma.
Durante la infancia ha sido siempre mi vía de escape. Mi talismán. Y creo que no es casualidad que tenga que ver con volver al origen, a la raíz, a lo primitivo.
Tengo familia gallega y fue precisamente aquí (no en San Ciprián, pero si en Galicia) donde aprendí el amor por las cosas pequeñas. Empezando por la naturaleza y extrapolándolo a todo lo demás. Es aquí donde tengo mis recuerdos más bellos de la infancia. Donde empecé a hacer fotos, a escribir y también donde me enamoré, por primera vez, de mi parte más vulnerable e inocente.
De hecho, me sorprendió muchísimo cuando, en una de nuestras últimas clases del máster (Coach Experta en PNL), apareció Galicia en uno de los ejercicios. Teníamos que buscar nuestro lugar favorito en el mundo. Ese lugar físico que nos genera paz, harmonía, belleza y en donde estamos realmente felices. Me sorprendí a mi misma cuando llegó a mi mente la imagen cristalina de ese bosque gallego, encima Camanzo.
A mi, que me sobra tiempo para coger la maleta cada verano y salir pitando de Madrid, cruzarme el océano para llegar a la otra punta del mundo, me dejó perpleja encontrarme con ese lugar tan familiar y cercano.
Así que tampoco es casualidad que este verano haya decidido volver.
Este año el cuerpo me pedía no tener obligaciones de ver ni de conocer cosas nuevas, simplemente no hacer nada más estar presente, que ya es mucho.
La vocecita de la exigencia ha tenido un altavoz altísimo estos últimos meses. No sé si os pasa, pero es muy agotador. Así que, me ha parecido una buena idea volver al origen para acallar esa voz y conectar lo primitivo del disfrute.
Estos días no he hecho más que pasear por la naturaleza, dormir (una media de 10 horas al día, que para mi es una auténtica barbaridad), leer y re-conectar con la fotografía desde el mero disfrute, observación y regocijo.
El próximo día te cuento la historia del escarabajo, pero hoy sólo te escribo para decirte que busques en tu disco duro mental, cuál es tu talismán (ese lugar que te hace feliz y te re-conecta con lo primitivo) y aproveches este verano para usarlo en tu favor.
Un libro:
La Liberación Del Alma: El viaje más allá de ti mismo
Estoy leyéndomelo y me está gustado mucho. Precisamente habla de ese diálogo interno que no calla ni debajo del agua. Cómo funciona y qué hacer para controlarlo.
Qué bien volver a leerte :) Qué mágico ese bosque!
Haces bello cualquier cosa que sea mirado a través de tus ojos. Escribes tocando pedacitos de alma. Transmites, conectas y nos haces viajar a cualquier parte del mundo donde te encuentres.
Gracias por compartirte.
Gracias por los colores.
Gracias por la luz.
Gracias, gracias, gracias, por tanto con tanta sencillez 🩶