Queridx valiente,
Estos días escucho esta canción y me sube la energía.
Es un anclaje de una noche de invierno divertidísima y un poco loca en Copenhague.
C. y yo nos detuvimos de golpe. Una playlist de los 80’s inundaba la diminuta calle por la que paseábamos. Nuestros ojos se pararon en una ventana, estaba plagada de luces de color. Una fiesta vecinal, buena idea lo de intentar formar parte de la misma.
No me preguntéis cómo, pero lo conseguimos. Y ese recuerdo se ha quedado anclado a la canción. Uno de los momentos más grandiosos de aquella visita express a la capital danesa. Pero esta es otra historia…
Hoy quería hablarte de salir de la zona de confort.
Los viajes para mi son pequeños saltos cuánticos de la zona de confort. Y viéndolos con perspectiva, no hay un sólo viaje, que me haya dejado indiferente. Al revés, cuando vuelves y los dejas reposar, generan saltos cuánticos a todos los niveles.
Esta vez el salto es un poco más grande porque estoy empezando a establecer un espacio habitual en la ciudad de Paris.
Algo totalmente inesperado.
Paris, a pesar de ser la cuna de la fotografía y el arte, nunca había sido para mi, un lugar al que volver. Pero a veces, hay que escuchar a la vida cuando te manda señales. Y ésta nos estaba mandando MUCHAS señales sobre Paris.
Agudizando el oido, no sólo empezábamos a tener bastantes clientes franceses, sino que, cada vez que nos hemos planteado algo allí, ha salido FÁCIL. MUY fácil.
Por lo que antes de verano, tomamos la decisión de que íbamos a hacer poco a poco movimientos a la ciudad de la luz, a ver qué tal.
Qué emocionante!!!
Si te escuchas con atención, sabes que estás haciendo lo correcto cuando a pesar de ese miedo infantil, que te inunda de inmediato, la emoción es aun más grande.
Y como decimos en este equipo:
Ser valiente no es no tener miedo, es hacerlo a pesar del miedo.
Y, como llevo meses volviendo a la raíz y siempre he querido tener un diario de viaje, he decidido hacer uno de este, tan fuera de lo habitual para mi y tan emocionante al mismo tiempo.
/Madrid-Paris · Øct 2023/
Leía “Salvatierra” de Pedro Mairal en el avión mientras miraba de reojo la belleza de las nubes. Cambiaban de color con el atardecer.
En unos minutos vamos a aterrizar, nos avisan por megafonía.
El avión, empezó descender y atravesó ese colchón de color cálido.
La belleza era tal que me obliga a dejar mi libro a un lado.
Aprovecho y me digo a mi misma: “Gracias Erea por ser valiente y plantearte esta nueva aventura.”
Sobrevolamos la ciudad desde cerca.
Paris nos regala un atardecer espectacular. De esos épicos en los que salen del cielo unos rayos inmensos en color anaranjado alumbrando la ciudad como si no fuese a volver.
Un final de día apoteósico y un comienzo de aventura inolvidable.
Salir de la zona de confort cuesta al principio, genera un miedo inmediato, pero si transitas ese miedo y lo haces a pesar de él, te dará de premio un salto cuántico gigante.
Así que recuerda, ¡Cuando te entre la duda, sal de la zona de confort!
O como decía Julio Médem en “Los Amantes del Círculo Polar”:
“Salta por la ventana, Valiente.”



Modelo: Margaux
Un beso galáctico,
Me encantan tus formas de relatar y narrar experiencias, ya sea con tu cámara o tus descripciones. ¡Pintón tiene este diario!
Con muchas ganas de seguir leyéndote🫂
Que bello retrato de Margaux, ¿con qué cámara 📷 la has tomado? Erea, ¿y el idioma ha supuesto un desafío a la hora de plantar medio pie en París?