¿Puede una casa alimentar tu asombro?
Una maravillosa intrusión a la intimidad de María Rosenfeldt y Alberto Gobbino Ciszak
Una de las cosas que más me gusta es tener la oportunidad de meterme en el universo de personajes a los que admiro.
Cuando El País Semanal me encargó este reportaje, me sentí afortunada porque entrar en casa de María Rosenfeldt y Alberto Gobbino Ciszak, es haber podido conocer una parte más íntima de ellos.
Siento que de alguna forma, te impregnas de su energía y conoces un poquito más en profundidad, a través de sus espacios y objetos, lo que los hace auténticos, más allá “del personaje”.
María y Alberto viven en la antigua casa familiar de Ouka Leele, Famosísima fotógrafa española y madre de María. En donde ambos han decidido llevar a cabo una reforma, a cargo de Alberto, diseñador y co-fundador de Ciszak Dalmas, para volver a sentirla propia.
Si tengo que destacar algo es que, más allá de la evidente belleza y grandeza de sus espacios -casi parece más que estás en un loft en Brooklyn que en pleno centro de Madrid-, cuando te paras a observar con detenimiento, descubres que es una casa con muchas capas, que va desde lo inmenso- lo arquitectónico, los grandes espacios y las paredes y techos altísimos; a lo pequeño- una infinidad de detalles que llenan esa casa de vida. En cada rincón hay objetos diminutos variopintos y hermosos que cuentan historias. Libros, piedras, cristales, velas, una figura que no llego muy bien a identificar, pero que llama mi atención constantemente. Aquí todo tiene historia. Todo cuenta una historia.
Son recuerdos en forma de objetos traídos de diferentes rincones del mundo.
Es como poder ver sus memorias de manera física, lo que lo hace muy bonito.
Paseo en silencio. Observo. Juego con las luces y las formas, las curvas y las líneas que convergen. Encuentro escondites que se revelan a través de mi lente y construyo así, una nueva mirada “desconocida” de lo que para ellos es familiar.
Es una auténtica suerte poder inspirarme con ellos. Poder formar parte, aunque sea por unas horas, de este oasis de paz en medio del bullicio madrileño. Donde la fotógrafa Ouka Leele pasó su vida y donde ahora María y Alberto, la siguen llenando de recuerdos.
Una de las preguntas que me hago cuando puedo fotografiar un espacio como este es:
¿cómo puedo contar lo que me transmite y las emociones que afloran en mí, sin alterarlo en demasía y siendo fiel a lo que es?
Ese es el propósito. Ser parte sin alterar el ritmo propio de lo que allí acontece.
Por eso amo viajar, fotografiar y conocer gente nueva. Porque me lleno de historias que no son mías pero las observo desde mi ojo particular.
Así, el resultado es en realidad una mezcla de su experiencia y la mia, de su mirada y la mia, de sus recuerdos y los míos. Pero sobre todo, de su esencia y la mia.
Y para ti querido valiente y lector/a, me gustaría que me contaras algo, que hagamos un hilo de espacios inspiradores.
¿Cuál ha sido el espacio que has visitado últimamente que más te ha llamado la atención y por qué ?
Te leo.
Erea
https://www.casalaroza.com/es/
Me encanta pasar unos pocos días, (quizás con tres es suficiente), en viviendas bonitas e imaginar que vivo en ellas. No como una fantasía si no, como la realidad que es. Pienso que el entorno bello y acogedor es super importante para sentirme bien. Pues, la semana pasada estuve alojada en una casa maravillosa en mitad del
Bosque. En Peruyes, a las faldas de los Picos de Europa. El motivo era un retiro precioso, íntimo y muy creativo. La finca tenía unos 5000 metros, atravesados por un río, con ganado, un hórreo, y rodeada de montañas inmensas. Vivir el alba allí, sobre el pasto, con esas vistas, fue un regalo.
Y en cuanto al espacio de la vivienda, estaba decorado con tanto alma, que realmente me sentí en casa.