#1 Aprendizajes del Otoño
Farø, muerte y la anti-productividad / Aprendizajes del Otoño 2023 /
Queridx valiente,
Te escribo a las 7 am desde el aeropuerto mientras suena esta canción.
Estoy de nuevo embarcándome en esta aventura llamada Paris. El cielo de Madrid está cubierto por un manto denso de color gris oscuro, pero el sol se abre paso, lanzando rayos de luz dorada que me recuerdan al primer viaje a Paris.
Señales de que vamos por buen camino, una vez más.
Te diré que estos días estoy feliz y ansiosa a partes iguales. Los viajes siempre son emocionantes pero cuando son tan a menudo, me cuesta más estar en mi centro.
Hace 3 años que entendí que la rutina era esencial para mi. Para mantenerme anclada en un lugar de calor y certeza que hoy lo llamo Farø (de ahí el nombre de la Newsletter). Pero cuando estoy de viaje, todo cambia y mis rutinas sufren un poquito y, por ende, ese espacio también.
Como es adentro es afuera
Así que tanto si estoy centrada, como si no, afecta a todo lo que me rodea.
No sé si te pasa a ti también, pero cuando estoy descentrada me cuesta enfocar mis objetivos. Es como si llevara unas gafas sucias.
El otro día hablando con un buen amigo, me decía que desde hacía unos años su objetivo no era algo concreto y material en el horizonte, sino que estaba relacionado con la muerte.
- ¿Con la Muerte?
Sí. La muerte como motor.
Seamos sinceros, estamos aquí por tiempo limitado, todxs y cada unx de nosotrxs moriremos algún día, es parte de la vida y del ciclo normal de las cosas.
Nacimiento, muerte - Bardo- Nacimiento.
Él tuvo una experiencia cercana a la muerte y desde entonces su motor ha sido que cada vez que hace algo, se pregunta si lo haría igualmente, si se fuera a morir pronto.
Me parece interesante poner a la muerte como motor. Probablemente muchas de las cosas que aparentan ser tan importantes en nuestras agendas, dejarían de serlo.
¿Qué cosas haría o dejaría de hacer, si me fuera a morir en x tiempo y tuviera tiempo limitado para aprovecharlo? — Si quieres compartirlo con esta comunidad, te leo en comentarios.
Esto también lo plantea el autor Oliver Burkeman en su libro: 4000 semanas, Gestión del tiempo para mortales. Me lo estoy leyendo y me está pareciendo estupendo. Podría decirse que es el libro de la “anti-productividad” tal cual la entendemos hoy.
A veces no tenemos lo suficientemente presente que esta vida es finita. No nos quedemos con cosas por hacer y hagámoslas aunque sea con miedo.
Así que mi querido valiente, vuelvo a Julio Médem y la última carta que te envié hace unos días: Te dejo hasta mi próxima carta, que lo hago con miedo, pero me voy a Paris.
Y si te atreves, te invito a que hagas lo mismo.
Un beso galáctico,
Mañana hace 7 años que entré en un quirófano por primera vez en mi vida y no sabíamos si iba a salir (viva, evidentemente)... Salí. No fue fácil. En menos de un mes me tocó pasar dos veces más por aquella camilla metálica, helada, y esa visión del mundo cuando tú entras tumbada y ves a todos mirando desde arriba.
La vida me cambió para siempre. Ya no trabajo, por ejemplo. Aquel tumor me trajo de “regalo”, días de 24 horas para disfrutarlos a mi aire.
La vida no es un jardín de rosas. Pero hoy no toca hablar de las dificultades. Toca decir que si. Que cuando eres consciente de que estás de paso y que un día cualquiera (yo me levanté, desayuné y me fui a trabajar como otro lunes cualquiera, pero no sabes que no volverás a pasar por tu cama hasta más de 20 días después)... Y cuando sobrevives a algo así. Todo, sobre todo lo más pequeño, se celebra y se vive como especial.
No voy a mentir. Me siguen quedando miedos. Algunos me limitan mucho. Pero la vida es infinitamente mas sencilla de lo que nos pensamos. Y nos ponemos trampas a nosotras mismas y no nos dejamos disfrutar.
Yo escribo desde el tren. No voy a París, viajo a Madrid. A pasar tres días con mis padres y algo tan sencillo como comer hoy con papá (me ha preparado bacalao), o visitar a mamá esta tarde en la residencia, son algo especial.
(Y mañana, desayunar porras en un bar. Jajajaja. Madrileña de ADN)